Publicado el 08/03/2022
La Economía y el Feminismo fueron dos senderos que comenzaron a acercarse a la teorización hace no mucho tiempo, se encuentran para dar lugar al desarrollo de conceptos, marcos de análisis e investigación, que simultáneamente dota de mayor y mejor poder explicativo a la Economía. Y no sólo hace énfasis en la relevancia de las relaciones de género para entender la posición económica subordinada de las mujeres, sino que genera conocimiento para la transformación de esta situación. Para comprender la manera en que las relaciones de género atraviesan el funcionamiento del sistema económico debemos observar cómo nos organizamos para producir y cómo esa organización impacta en el consumo y la distribución del ingreso.
Unos de los indicadores mayormente observados en Economía es la Tasa de Empleo, es un ratio entre la Población Económicamente Activa y la Población en Edad de Trabajar. La evolución de los últimos dos años fueron las siguientes:
Fuente: elaboración propia con datos de la Encuesta Permanente de Hogares (www.indec.gob.ar).
La primera observación a realizar es que hay un promedio de 23 puntos porcentuales de diferencia entre las Tasas de Empleo por género para el periodo bajo análisis. La segunda observación es que los hombres recuperaron en dos trimestres la Tasa de Empleo pre-pandemia mientras que, a nosotras, nos costó casi 5 trimestres.
Veamos ahora la Tasa de Desempleo, este es un ratio entre la Población Desocupada y la Población Económicamente Activa.
Fuente: elaboración propia con datos de la Encuesta Permanente de Hogares (www.indec.gob.ar).
La evidencia es robusta: las mujeres padecemos mayores Tasas de Desempleo. ¿Cuál es la consecuencia? Mayores niveles de pobreza y persistencia en ese umbral de ingresos.
Existen dos factores que colaboran en la determinación de estos resultados:
• La distribución de las tareas del cuidado: la Encuesta Nacional del Uso del Tiempo arrojó que las mujeres dedicamos 6 horas aproximadamente al día a cuidar niños, preparar comida, mantener los espacios, hacer las compras, etcétera. Es prácticamente una segunda jornada laboral.
• Marco jurídico de la sociedad: las licencias de maternidad son cortas y no compartidas en igual medida con el padre, no hay guarderías en espacios de trabajo ni tampoco jardines materno paternales accesibles.
Estos dos puntos inducen a que una mujer que está sola a cargo de un hogar tendrá muchas menos posibilidades de salir de su casa a trabajar, y mucho menos a poder sostener un trabajo formal. Son dimensiones que tienen un impacto específico en todas las variables económicas y pocas veces se las analiza con perspectiva de género.
Otro tema no menor a mencionar es sobre inclusión financiera, es un elemento indispensable en la construcción de una sociedad más igualitaria, permitiendo reducir brechas y contribuyendo a la eliminación de la pobreza. En Argentina, las políticas sociales permitieron el acceso masivo a mujeres a cajas de ahorro destinadas al pago de beneficios sociales y previsionales, sin embargo, descontando este producto, la brecha por género se vuelve significativa en detrimento de las mujeres, por ejemplo, en las cuentas sueldo. Entonces la conclusión es que no hay un problema de oferta, sino de demanda: garantías crediticias inalcanzables, asimetrías de información, falta de educación financiera hacen que las condiciones sean más desfavorables para las mujeres.
Si bien los esfuerzos del Estado Nacional por cerrar las brechas son necesarias, también lo es pensar cómo nos organizamos a nivel hogar. Es muy importante que las tareas se distribuyan equitativamente y reconocerlas para valorarlas. Silvia Federici lo dejó muy claro: “Aquello que llaman amor es trabajo no pago”.
Cuando Borges escribió aquella reflexión metafísica sobre el tiempo, estos “senderos que se bifurcan” y funcionan como una metaforización de la existencia de múltiples líneas temporales que se abren en cada momento del presente, parece el momento oportuno para que economía y distribución equitativa del ingreso no se bifurquen más.
Por Abigail Oses.