Publicado el 23/02/2021
La inclusión financiera entendida como el acceso a servicios financieros en instituciones formales y seguras, de carácter no excluyente para las personas de bajos recursos o para las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), es un desafío que presenta la economía argentina hace varios años. A pesar de qué durante la última década se ha registrado un crecimiento interanual promedio que ronda el 8% en el número de cuentas de depósitos en pesos por cada 10.000 adultos[1], dicho incremento aún nos deja muy lejos de los niveles de utilización del sistema bancario que poseen las economías desarrolladas. La mencionada inclusión se vuelve relevante en países como el nuestro donde la desigualdad es elevada[2] y en donde el acceso al servicio financiero es muy dispar ya que, permite buscar el desarrollo de una sociedad más equitativa, contribuir a la disminución de la desigualdad y, por lo tanto, de la pobreza.
El giro hacia la utilización de los medios de pago electrónicos es lento y se presenta obstaculizado por la cultura argentina que en varias oportunidades confía en el dinero físico en lugar de las transferencias bancarias. Sin embargo, a principios del 2020, con la implementación del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) necesario para evitar la propagación del virus y las políticas tendientes a paliar la crisis del COVID-19[3] se ha registrado un incremento de la utilización de los medios de pago electrónico a través de transferencias bancarias. Esto permitió la inclusión de diversas personas al sistema financiero, principalmente de trabajadores informales y monotributistas de bajos recursos que solicitaron el Ingreso Familiar de Emergencia. En este sentido, el BCRA revela que durante el segundo trimestre del 2020 se registró una apertura de 4,8 millones de nuevas cuentas de depósitos bancarios.
Dicho incremento en la utilización de los medios de pago electrónico se corresponde con un fuerte boom del uso de los eCommerce en la región (Mercado Pago, Almundo, Supermecados Dia, Mercado Libre, Dafiti, entre otros). Según el informe Mid Term llevado adelante por la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE) reveló que el 8% de los argentinos hicieron compras online por primera vez durante la cuarentena y que 2 de cada 10 compras son realizadas por nuevos clientes. Los medios de pago por los que se accede a diversos bienes y servicios, siguen siendo principalmente tarjetas de crédito (77% del total de compras realizadas a junio del 2020) y tarjetas de débito (9%). Sin embargo, la utilización de transferencias bancarias a través de aplicaciones como, Cuenta DNI del Banco Provincia, Mercado Pago, Naranja X, entre otras, también registraron un incremento en su utilización durante la cuarentena del 2020. En este sentido, 2,47 millones de usuarios mensuales utilizaron la cuenta DNI del Banco Provincia a noviembre del 2020 (un 40,16% superior que en marzo del mismo año).
Pero, ¿Qué beneficios brinda la utilización de los eCommerce financieros? principalmente le generan comodidad y seguridad al usuario, ya que no es necesario el intercambio presencial de dinero para la realización de compras de alimentos, indumentaria, cosméticos, etc. Es decir, el usuario, con la App móvil de Mercado pago puede realizar una transferencia monetaria nacional o internacional desde la comodidad del hogar. En segundo lugar, ayudan a disminuir los costos de logística relacionados con la impresión de billetes y monedas físicas, ya que, su utilización se vería reemplazada por los medios de pago electrónicos. Finalmente, un beneficio implícito, pero no menor, es la contribución a la formalización de la economía y, en una economía como la nuestra donde el nivel de informalidad ronda el 40%, este último aspecto resulta relevante.
Es importante destacar que este camino hacia una mayor formalización debe darse de manera paulatina para evitar empeorar el acceso a los servicios financieros de las personas y entidades físicas de bajos recursos. Es decir, si bien la aplicación de tributos en la utilización de los eCommerce financieros permitiría alcanzar un menor déficit fiscal, no debemos caer en la tentación de castigar el uso de los mismos, empeorando la inclusión financiera, aumentando la desigualdad, ergo la pobreza.
[1] Según los datos brindados por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) en su informe de inclusión financiera a diciembre del 2019
[2] El coeficiente de Gini para el tercer trimestre del 2020 es 0,443
[3] Principalmente la Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) y el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE)